Nimrud, la joya destruida por el EI
Tristemente, los actos de barbarie terrorista
también sirven para recordar y estudiar la Historia. En este caso, expongo a
continuación el caso de Nimrud, ciudad mesopotámica cuyos restos han sido
arrasados por el autoproclamado “Estado
Islámico”.
Lamassu, guardián de la entrada a Palacio |
Nimrud es el
nombre árabe de una antigua ciudad asiria ubicada en la provincia de Nineveh, a
30 kilómetros al sur de de Mosul (Irak). La ciudad fue identificada como la
ciudad bíblica de Calah por Henry
Rawlinson en 1850 a través de una interpretación de la escritura cuneiforme.
El rey asirio Salmanasar I (1274 a.C - 1245
a.C) construyó Nimrud durante el Imperio Asirio Medio. Sin embargo, la antigua
ciudad de Assur siguió siendo la capital de Asiria, como lo había sido desde
3500 años antes de Cristo. Algunos historiadores creen que la cita bíblica de
"Nimrod" (de la cual se deriva el nombre árabe posterior) hace
referencia a las obras del rey asirio Tukulti-Ninurta I, hijo de Salmanasar I.
Otros creen que el nombre deriva del dios asirio Ninurta, que habría tenido un
importante centro de culto en Nimrud. Pero la ciudad cobró mayor importancia
cuando el rey Asurbanipal II del Imperio Neoasirio hizo de Nimrud su capital en
detrimento de Assur, edificando un gran palacio y varios templos para que
dieran esplendor a la ciudad, que había caído en un grave deterioro durante la
Edad Oscura.
Recreación de la ciudad de Nimrud |
Una gran ceremonia de inauguración y un
opulento banquete en el año 879 a.C. se describen en una estela descubierta
durante las excavaciones arqueológicas. La ciudad de Nimrud pudo llegar a
manetener a unos 100.000 habitantes. Parece ser que la ciudad albergaba un gran
zigurat así como jardines botánicos y un zoológico. Tiglat-Pileser III, otro de
los grandes gobernantes del Imperio Asirio, introdujo el arameo oriental
como lengua puente para que se
entendieran todos los habitantes del reino, quienes hablaban diferentes
lenguas.
Sin embargo, en 706 a.C. Sargón II trasladó
la capital del imperio a Dur Sharrukin, y tras su muerte, se trasladó a
Nineveh. No obstante, Nimrud seguía siendo una ciudad importante y una
residencia real hasta que la ciudad fue prácticamente destruida durante la
caída del Imperio Asirio a manos de una alianza de antiguos pueblos sometidos.
Estela de una divinidad |
En los muros y el gran palacio que rodeaba la
ciudad, se conservan numerosas inscripciones de la época de Asurbanipal II.
Algunas de ellas describen el saqueo que sufrió el palacio, o plegarias e
invocaciones a los dioses para que protegieran la ciudad. Especialmente
llamativas son las que se refieren a sus conquistas y víctimas: “Muchos de los
prisioneros que cogí los hice quemar... a otros muchos ordené que les amputaran
las manos hasta las muñecas; a otros, nariz, orejas y dedos y a muchos soldados
hice sacar los ojos...” Acerca de otra ciudad vencida, escribió: “Apresé a
cuantos nobles osaron rebelarse y extendí sus pieles en estacas”. Estas
chocantes tácticas le otorgaron la victoria en 877 a.C. cuando tras una marcha
por el Mediterráneo anunció: “Limpié mis armas en las profundidades del mar y
sacrifiqué ovejas como ofrenda a los dioses”.
El hijo de Asurbanipal II, Shalmanasar III continuó
la labor conquistadora de su padre. Tras una batalla contra una coalición de
arameos y canaanitas, manifestó lo siguiente: “Como Adad, hice que la destrucción lloviera sobre ellos. Esparcí
sus cuerpos por todas partes, y cubrí el rostro de la desolada llanura con sus
restos. Con mis armas, hice fluir la sangre por los valles de la tierra...”
Miembros del EI en su labor destructora |
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