La verdad sobre el asesinato de Prim
Juan Prim y Prats, por José de Madrazo |
Adarga Antigua vuelve con una nueva forma de estudiar Historia: la
ciencia forense.
Hace poco conocimos la noticia de que la Comisión Universitaria
Prim de Investigación dirigida por el doctor en periodismo de investigación y
criminólogo D. Francisco Pérez Abellán, ha descubierto a los verdaderos autores
del magnicidio contra Prim así como unas marcas que misteriosamente han pasado
desapercibidas durante más de 140 años y que fueron la causa final de su
muerte.
Tras la Revolución Gloriosa de 1868 en la que se expulsa a Isabel
II de España, se establece un Gobierno Provisional en el que Juan Prim y Prats,
aclamado general conocido por su valentía en los campos de batalla durante las
Guerras Carlistas y Marruecos, es nombrado Presidente del Gobierno y Ministro
de Guerra. Por otra parte, el general Francisco Serrano es nombrado Regente de
España con tratamiento de alteza.
Durante esta etapa, aparecen intereses encontrados en lo tocante
al destino de España: personalidades como el general Serrano o el almirante
Topete se mostraban partidarios de
nombrar como rey a Antonio de Orleáns, duque de Montpensier, uno de los
principales financiadores de la Gloriosa; por otro lado, encontramos a los
conocidos como “alfonsinos”, partidarios de la restauración de la dinastía
Borbón en la persona de Alfonso XII; en otro extremo encontramos a los
republicanos encabezados por el diputado José Paúl y Angulo; y por último, al
general Prim y a aquéllos miembros del Partido Progresista y la Unión Liberal
próximos a su entorno, partidarios de buscar un nuevo rey (democrático y
constitucional) en Europa. A la sazón, éste grupo barajaba las opciones del
germano Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen y del italiano Amadeo de Saboya.
Si bien el alemán aceptó en un primer momento el trono de España, esto supuso
un encontronazo con Napoleón III y el estallido de la guerra franco prusiana,
de la cual surgió el II Reich alemán auspiciado por el canciller Bismarck. Estos
hechos hicieron que el candidato elegido para España fuera Amadeo de Saboya, lo
que disgustó sobremanera a los adversarios de Prim.
Prim en la batalla de los Castillejos |
El
día 27 de diciembre de 1870, cuando Prim salió del Congreso de vuelta a casa,
su berlina frenó bruscamente en la calle del Turco. Dos coches impedían el paso
y un tercero se situó a su espalda para impedir la marcha atrás. De repente,
media docena de hombres encapotados salieron de entre las sombras, se situaron
a poca distancia del carruaje y dispararon sus trabucos a través de la madera y
las ventanas. Dando por muerto al general, los asesinos se retiran y abren paso
a la berlina para que siga su camino. Una vez en su residencia, la
historiografía y el sumario presentan numerosos datos contradictorios. La
versión oficial dijo que el general bajó del coche por su propio pie, si bien
malherido. Una vez en cama, pareció recuperarse, habló con Serrano y pronunció
frases épicas. Igualmente, se dijo a la opinión pública que Prim siguió con
vida y dando órdenes hasta el 30 de diciembre, cuando súbitamente empeoraría su
estado hasta su fallecimiento. Rápidamente se atribuyó la autoría del atentado
a Paúl y Angulo y los republicanos, así como al duque de Montpensier, quien
ansiaba el trono de España y que había visto sus pretensiones truncadas por
Prim.
La
Comisión analizó con meticulosidad la momia de Prim, estudió concienzudamente
los 18.000 folios del sumario y descubrió quiénes fueron los asesinos
intelectuales del general. Descubrieron que la momia presentaba en el cuello la
marca de lo que parecía –y efectivamente se comprobó- una estrangulación a lazo
que no es mencionado en ningún informe de la época. Igualmente, con el estudio
y análisis de los orificios de bala por expertos forenses determinó que las
heridas dejaron a Prim totalmente inconsciente, sin poder moverse ni hablar.
Igualmente, los investigadores estudiaron las manchas de sangre de la ropa del
general y sometieron la berlina a luz forense, descubriendo la presencia de
enormes manchas que serían compatibles con la pérdida de gran cantidad de
sangre.
Una
vez que el carruaje de Prim llegó a su residencia en Buenavista, el Regente
Francisco Serrano, se hizo cargo de la situación. En otras palabras, se encerró
en el palacio y prohibió la entrada. El juez instructor no pudo ver al general;
los pocos médicos que tuvieron acceso a él elaboraron unos informes confusos,
de los cuales la Comisión ha demostrado –con el estudio del sumario y la momia-
que eran clínicamente erróneos y que el general no fue tratado conforme a la
gravedad de sus heridas. Ni siquiera los acompañantes de Prim en el atentado, los
coroneles Moya y González Nandín, pudieron ver al general desde que entró en
sus aposentos. Las únicas personas que tuvieron acceso al general, por
necesidad de las circunstancias, fueron los médicos (de quienes ya hemos
hablado) su esposa y el propio Serrano.
¿Pero,
quién o quiénes estaban detrás del magnicidio? La investigación afirma que
Montpensier era uno de los autores intelectuales y financieros del crimen.
También señala a Paúl y Angulo –que no a los republicanos-. Y por último, el
mayor beneficiario de la muerte de Prim: el general Francisco Serrano y Domínguez,
duque de la Torre y Regente de España, bajo cuya protección se produce el
estrangulamiento de Prim. ¿Por qué? Porque Prim, si bien muy malherido, no
había muerto y dada su fuerte constitución podría salir de esa. Era necesario
asegurarse de que no lo hiciera. Para tal fin, la investigación señala como
principal sospechoso a José María Pastor, jefe de seguridad personal de Serrano
y presente en el palacio durante los tres fatídicos días.
No
obstante, aún resta por explicar el móvil del asesinato. El general Serrano,
pese a ser Regente, no tenía poder mientras Prim controlaba el gobierno y
buscaba un nuevo rey sin apenas consultarle. En esos supuestos tres días de
agonía, Serrano se adjudicó bajo la firma de Prim una renta de veinte mil duros
y un palacete en Madrid. Además, ocupó los cargos de Prim nombrando al
almirante Topete como Presidente del Consejo de Ministros.
De
esta forma recordamos al general Prim, quien a los ojos de la Historia puede
por fin descansar en paz.
Para saber más:
- ANGUERA, P: El
general Prim. Biografía de un conspirador. Edhasa.
Barcelona, 2003.
- FONTANA BERTRÁN, J.M: El
magnicidio del general Prim. Los verdaderos asesinos. Csed & Akrón. León, 2011.
- PÉREZ ABELLÁN, F: Matar
a Prim. Planeta S.A. Barcelona, 2015.
- PÉREZ GALDÓS, B: España
trágica. En Episodios Nacionales, 42. Quinta Serie.
Alianza Editorial. Madrid, 2007.
El jerezano José Paúl y Angulo inocente....en contra de lo que se reproduce siempre...sin criterio ni prueba alguna...
ResponderEliminarEl jerezano José Paúl y Angulo inocente....en contra de lo que se reproduce siempre...sin criterio ni prueba alguna...
ResponderEliminarEn primer lugar, gracias por comentar en mi blog.
EliminarEn segundo lugar, no entiendo su crítica ¿ha leído la entrada al completo? En el penúltimo párrafo está señalada la participación de Paúl y Angulo en el crimen, si bien la autoría intelectual y posterior estrangulamiento a lazo apuntan al entorno del duque de Montpensier y del regente, el general Serrano.
Esta entrada está basada en los resultados de la investigación llevada a cabo por la Comisión Prim (también citada en el texto) dirigida por D. Francisco Pérez Abellán, Profesor de Criminología en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Le pido educadamente que, antes de criticar sin fundamento mi aportación, por favor LEA LA ENTRADA HASTA EL FINAL.
Un saludo,
El Autor