Diecinueve años sin Miguel Ángel Blanco

Concejal del Partido Popular de la localidad de Ermua, fue secuestrado por ETA el 10 de julio de 1997. Dicho secuestro se enmarca en la estrategia de la banda terrorista de asesinar a miembros de los partidos políticos que se oponían a la negociación con la banda, a la independencia del País Vasco y al acercamiento de los presos etarras al País Vasco. Su objetivo: lograr una “acumulación de fuerzas” (acumulación de cadáveres) para obligar al Estado a sentarse a dialogar a través de la coacción violenta.
Se sucedieron tres agónicos días en los que toda España salió a las calles para pedir su liberación. Días de angustia para su familia, sus amigos y el conjunto de la sociedad. Durante tres días, Miguel Ángel permaneció recluido, solo, sin saber qué iba a ocurrir. Cumplida la fecha del ultimátum de ETA, el Gobierno no cedió al chantaje.
El día 12 de julio de 1997, tres asesinos lo encerraron en el maletero de su coche y lo llevaron a un monte cerca de Lasarte-Oria (Guipúzcoa). Junto a un árbol, le obligaron a arrodillarse y el etarra Francisco Javier García Gaztelu –Txapote- le disparó dos veces en la cabeza. Miguel Ángel no murió en el acto. Poco después, dos hombres que caminaban por el monte encontraron al joven. En la madrugada del día 13 de julio, Miguel Ángel Blanco Garrido fallecía en la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu a los 29 años de edad.

Ese mismo día, mientras el ahora candidato por Bildu a Lehendakari Arnaldo Otegui pasaba unos días en la playa –los mismos días de la cuenta atrás- la población española salía a las calles para mostrar su indignación con la sinrazón de la violencia de ETA.
El germen de ETA (EKIN) nació como agrupación estudiantil durante la Dictadura franquista para estudiar la historia y la lengua vascas, pues consideraban que el euskera estaba en peligro por la represión franquista, así como sus tradiciones que veían amenazadas por la llegada de inmigrantes del resto de España en busca de trabajo. Inicialmente no violenta, la brutal represión de la dictadura de toda manifestación nacionalista no española llevó a los miembros de la banda a optar por la resistencia armada.
Contra todo pronóstico, la llegada de la democracia no supuso el fin de la banda terrorista. Como ella misma demostró, ETA no era una organización antifranquista que luchaba para que acabara la dictadura de Franco y llegara la democracia, sino que era una organización que luchaba por la independencia del País Vasco, independientemente de cuál fuera el régimen político que hubiera en el conjunto de España.
Para ETA, la democracia era un fascismo disfrazado al que combatir, por lo que debía enfrentarse al Estado en una guerra de desgaste para obligar a éste a aceptar sus objetivos. Así, el franquismo fue una condición más que una causa de la violencia etarra. El eje del nacionalismo vasco inspirado en las tesis de Sabino Arana es representar a España como algo totalmente antagónico a Euskadi. Es la idea de la ocupación del País Vasco por un Estado extranjero: España. Así, el franquismo, con su actuación, hacía “bueno” el mito de la ocupación, de ahí que la banda no reconozca la democracia en España. El hecho es que para ETA el franquismo representaba algo más que un régimen dictatorial sin libertades, simbolizaba el mito de esa ocupación. De esta forma, el franquismo adquirió la categoría de mito necesario. Un mito que generaba una única respuesta: frente a la “ocupación extranjera”, el recurso de las armas.
Resultado: 858 personas asesinadas (más de 800 en el período democrático).
Miguel Ángel fue una de ellas. Pasó a engrosar la ‘acumulación de fuerzas’ con las que la banda terrorista pretendía obligar al Estado a ceder a sus demandas.

No te olvidamos
Miguel Ángel Blanco Garrido
No les perdonamos
Fransisco Javier García Gaztelu

Irantzu Gallastegui Sodupe

José Luis Geresta Mújica

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